Artritis e Inflamación de las Articulaciones

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La artritis es una forma de trastorno que consiste en la inflamación de una o más articulaciones. La forma más común, la osteoartritis (enfermedad degenerativa de las articulaciones), es resultado de un trauma, una infección, o de la edad. Otras formas son la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la gota, la artritis reumatoide juvenil (en los niños), la esclerodermia, el lupus eritematoso sistémico (LES) y otras enfermedades autoinmunes relacionadas.

La artritis causa dolor en las articulaciones, hinchazón, rigidez y movimiento limitado. Los síntomas pueden incluir: dolor articular, hinchazón, disminución de la capacidad para mover la articulación, enrojecimiento de la piel alrededor de la articulación ,rigidez, especialmente en la mañana, calor, malestar articular, y sensación de cansancio, fiebre, pérdida de peso, dormir mal y dolores musculares.

Algunos tipos de artritis pueden causar deformidad articular. Esto puede ser un signo de artritis reumatoide severa, sin tratar.

Causas y factores de riesgo

La artritis séptica es causada por la infección de la articulación. La inflamación de las articulaciones puede ser resultado de: una enfermedad autoinmune (el sistema inmune del cuerpo ataca por error el tejido sano), un hueso roto, el desgaste general y de las articulaciones, una infección, generalmente por bacterias o virus.

El dolor en las articulaciones también puede ser un síntoma de otras enfermedades. En este caso, la artritis se considera secundaria a la enfermedad principal, las cuales incluyen: Síndrome de Ehlers-Danlos, fiebre mediterránea familiar, hemocromatosis, púrpura de Henoch-Schönlein, hepatitis, enfermedad inflamatoria intestinal (incluyendo la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa); enfermedad de Lyme; Psoriasis (artritis psoriásica), sarcoidosis o granulomatosis de Wegener (y otros síndromes de vasculitis).

Diagnóstico y tratamiento

Los análisis de sangre y las radiografías de la articulación a menudo se hacen para verificar si hay infección y otras causas de artritis.

El objetivo del tratamiento es reducir el dolor, mejorar la función articular y prevenir un mayor daño. La causa subyacente no se puede curar. Las opciones de tratamiento varían dependiendo del tipo de la artritis e incluyen terapia física, cambios de estilo de vida (incluyendo el ejercicio y el control del peso), el uso de apoyo ortopédico y de medicamentos. La cirugía de reemplazo de la articulación puede ser necesaria en formas de artritis erosivas.

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